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No puedo ayudarte si ni siquiera sabes quien eres
Alicia en el país de las maravillas (originalmente en inglés: Alice in Wonderland) es una película de fantasía estadounidense, dirigida por Tim Burton y producida y distribuida por Walt Disney Pictures en 2010. Está directamente inspirada en los libros de Lewis Carroll “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” y “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí” y en la película animada de Disney de 1951 Alicia en el país de las maravillas.
La película se lanzó en Disney Digital 3D y en IMAX 3D, así como en 2D en cines tradicionales; fue candidata a tres premios Óscar, y terminó por obtener dos de ellos.
Cuenta con las actuaciones de Mia Wasikowska en el papel de Alicia, Johnny Depp en el papel de Sombrerero Loco, Helena Bonham Carter, Anne Hathaway y Crispin Glover.
Para sorpresa de muchos, “Alicia en el país de las maravillas” se convirtió en el éxito del año, sentando los cimientos de todos los remakes de acción real de Disney. El film recaudó mucho más dinero de lo que la industria esperaba convirtiéndose en una de las películas más influyentes de la década de 2010.
A pesar de su impacto, la película recibió críticas divididas, por un lado había quien opinaba que se trataba de una versión moderna de los libros de Carroll, pero también había gente (como yo) que opinamos que con tanta excentricidad de CGI se perdió parte de la magia de los relatos.
Aún así hay algo indiscutible, y es la belleza de su vestuario, creado por la ganadora de varios Premios de la Academia: Colleen Atwood.
No puedes dedicar tu vida a complacer a los demás
Colleen Atwood es una diseñadora de vestuario estadounidense, nacida el 25 de septiembre de 1948 en Washington.
Su primera experiencia de formación fue como asesora y consultora de moda en Seattle en la década de 1970, donde comenzó su carrera en la industria. Más tarde, Colleen se mudó a la ciudad de Nueva York, donde asistió a la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York y asistió a la diseñadora de producción Patrizia von Brandenstein en la película «Ragtime» en 1981. También ganó experiencia trabajando para «Saturday Night Live» de la NBC junto con varias producciones de pequeña pantalla.
En 1985 comenzó a trabajar en la gira Bring on the Night World de Sting en 1985, creándose su lugar en el mundo del diseño de vestuario. También trabajó para Circus Ringling Bros., Barnum Bailey, la banda My Chemical Romance y Elton John.
Con el tiempo se creó una gran fama traducida en una larga lista de más de cincuenta películas importantes desde 1984 hasta el presente, consolidando su lugar en la industria y brindándole una amplia experiencia que la convierte en una de las mejores diseñadoras de vestuario.
Algunas de sus películas son “Alicia en el país de las maravillas”, “Blancanieves y el cazador”, “Eduardo Manostijeras”, “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, “Memorias de una geisha” o “Chicago”, solo por nombrar algunas de sus trabajos más populares.
Aunque la experiencia de Colleen Atwood se centra obviamente en el del vestuario de cine, en 2014, en asociación con la firma Citizens of Humanity, diseñó una colección de bolsos de alta gama.
Atwood ha ganado cuatro premios Oscar, tres premios BAFTA, siete premios Sindicato de Diseñadores de Vestuario, y un Emmy.
¡Que le corten la cabeza!
La historia de Alicia en el país de las maravillas es una fusión de los clásicos de Lewis Carroll “Alicia en el país de las maravillas” y “A través del espejo” y una nueva trama creada por Burton en la que una Alicia adulta vuelve a entrar en el país de las maravillas para salvarla.
La diseñadora de vestuario Colleen Atwood volvió a formar equipo con Burton en esta película para crear los vestidos de los personajes.
Como punto de partida, Atwood consultó la referencia más auténtica que tenemos de ese maravilloso mundo: las ilustraciones de John Tenniel y Lewis Carroll que acompañaban a las primeras ediciones del clásico de Carroll.
Alicia, el Sombrerero Loco, la Reina de Corazones y muchos otros personajes se han convertido con el tiempo en grandes íconos culturales, lo que significa que todo el mundo tiene una idea preconcebida en su cabeza de cómo deben verse.
Pero cuando Colleen se propuso diseñar el vestuario de «Alicia en el país de las maravillas» lo último que quería era replicar esos trajes cliché que podemos encontrar hasta la saciedad en cualquier tienda de disfraces.
Por ello aprovechó la idea de realizar una interpretación oscura y retorcida de la obra y el uso de técnicas de acción en vivo con animación, para mejorar el vestuario y su efecto visual con la magia de CGI.
El proceso constó de tres partes: Primero diseñó el mundo real en el que vive Alicia. Después, los trajes del ‘País de las Maravillas‘ y sus habitantes reales. Y por último, el diseño de la ropa que llevan los personajes animados, realizados enteramente por ordenador.
En cuanto al período temporal de la película “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” se publicó en 1865 y “A través del espejo” en 1871, justo en medio de la era victoriana.
Esto podemos verlo claramente en las escenas de la fiesta de campo a la que asisten Alicia y su madre, donde los cortes de los vestidos y la forma de las faldas, además de los abrigos largos para los hombres, apuntan a un ambiente de finales de la década de 1860.
Atwood solo es la punta del iceberg. La diseñadora contó con un extenso equipo de patronistas y costureras, así como un equipo de peluquería y maquillaje que incluía al jefe de maquilladores Valli O’Reilly y al jefe del departamento de peluquería Terry Baliel.
En la versión de Burton, Alicia Kingsleigh tiene 19 años y es interpretada por Mia Wasikowska, siendo la actriz más mayor que la ha interpretado hasta la fecha, y nos presenta a un personaje más profundo, que no encaja con el estilo de vida victoriana de clase alta.
Tiene un carácter fuerte, lista para tomar sus propias decisiones en la vida.
Alicia comienza la película con un recatado vestido de fiesta azul del siglo XIX, que hace referencia directa al vestido que usa en la versión animada de la historia de Walt Disney en 1951.
Alice. Sketch
Sin embargo, a pesar de la imagen que tenemos de este personaje,el vestido de Alicia no siempre ha sido azul.
De hecho, ni el texto de Caroll ni las ilustraciones originales (que eran en blanco y negro) de Alicia en el país de las maravillas indicaban el color de su vestido.
La primera definición cromática del mismo, se dio en 1886, donde una versión teatral, puesta en escena por Henry Savile Clarke decidió que el traje de Alicia era blanco.
Más tarde, con “The Nursery Alice”, (una abreviada edición del clásico, para niños de 0-9 años), aparecieron las primeras versiones coloreadas de las imágenes de Tenniel donde nos presentan el vestido de Alicia en amarillo.
Las posteriores coloraciones de las ilustraciones de Tenniel tras la muerte de Carroll han variado el tono en diferentes ocasiones, incluyendo rojo, naranja y amarillo limón.
La primera vez que vimos a Alicia con un vestido azul no fue hasta 1903, con la edición «Little Folks» de Macmillan. Y, aunque fue una aparición tardía, a partir de ese momento el modelo azul se convirtió en la versión más común y conocida del vestido de Alice, apareciendo cada vez más habitualmente tanto en las adaptaciones impresas como en las filmadas.
Algunas versiones han intentado volver a presentarnos a Alicia con un diseño de diferente color, (como el naranja de la producción de Irwin Allen de 1985) pero fué Disney quien afianzó de forma definitiva el vestido azul como la versión más icónica gracias a su película animada de 1951
Con este primer vestido Alice desafía las convenciones sociales típicas de la época. En las estrictas restricciones de la era victoriana, a una debutante en sociedad nunca se le habría permitido salir de casa sin un corsé ni medias o con un vestido sin aro y de largo por encima de los tobillos. Con ello, Atwood quiere transmitir la actitud de la protagonista, que siente que no encaja en la sociedad que le rodea, que no acaba de encontrar su sitio, ni acaba de averiguar qué quiere hacer con su vida.
Por esto mismo, a diferencia de anteriores versiones cinematográficas, Burton no encoge o ensancha las prendas de la protagonista dependiendo de su tamaño, sino que transforma su indumentaria como un reflejo de su crecimiento personal en el País de las Maravillas.
Este vestido azul se trata de un diseño con silueta victoriana, cintura muy marcada, y falda holgada y con volumen. Este vestido tiene varias capas. La capa inferior es de satén de seda blanco y las exteriores son de organza de seda gris sobre tafeta también de seda, en color azul.
El corpiño consta de tres piezas en la espalda y cuatro en la parte delantera y cierra en el centro delantero con corchetes ocultos en una pequeña tapeta, debajo de los botones, que son puramente decorativos.
Las mangas están hechas en plumeti, y tienen tres pliegues en la parte inferior y una cinta del mismo tejido rematando la parte inferior.
El escote está forrado con una redecilla blanca (la misma que los guantes). Esta red está decorada con piezas de encaje recortadas y cosidas.
El término «plumeti» viene del francés «plumetis» que deriva de «plumeté: ‘que tiene pequeñas figuras similares a plumas’. Y se denomina así a un tejido fino, normalmente de tul, que lleva bordados unos pequeños topitos sobre ella. Es un tejido muy utilizado en vestidos o complementos de novia, aunque también se usa mucho para ropa de bebé.
Del mismo modo vemos estas piezas de encaje debajo del tejido del vestido, tanto en el centro delantero, como en el interior de los hombros. Hay una cinta negra enhebrada a través de la parte superior del encaje del escote, para rematarlo.
Estos botones son el modelo 493802 de Hushco Buttons, en tamaño de 18 líneas.
La falda exterior se divide en dos piezas, cosidas con un mini volante.
La pieza inferior es rectangular y en el bajo resaltan unos bordados con temática campestre, lo cual representa un homenaje a Arthur Rackham y John Tenniel, los grandes ilustradores de la versión literaria original de la historia de Alicia. Estos bordados crean una anticipación y vinculación con la el país de las maravillas.
Para aportar ese volumen al icónico vestido, la protagonista lleva una enagua de patrón circular, hecha de un fino forro de seda a rayas. Y debajo de todas esas capas lleva unos pololos.
Hay que mencionar la importancia del estampado a rayas blancas y negras de la enagua, ya que se trata de una de esos elementos visuales que nos indican que estamos ante una película de Tim Burton, y es que en todas sus obras, podemos encontrar, de forma más o menos evidente, una prenda estampada con rayas muy contrastadas, por lo general blancas y negras: Gomez en “La Familia Adams”, Beetlejuice, Katrina van Tassel en “Sleepy Hollow”, Jack Skeleton en “Pesadilla antes de Navidad”, Danny Devito en “Dumbo” y en «Big Fish», los Oompa loompas en “Charlie y la Fábrica de Chocolate”.
Debajo de todo esto, Alicia lleva unos pololos blancos y unos botines de estilo victoriano hechas en cuero blanco con suela y puntas negras.
Por respeto y admiración por todas las cosas grandes, la Reina Roja toma a Alicia como su «nueva favorita» y la viste con las cortinas de su castillo. El vestido resultante es un punto de inflexión en la historia.
Es similar a otros vestidos de Alice en forma y movimiento, pero también muestra signos de confianza y poder.
En lugar de los colores gris pálido de sus vestidos anteriores, éste tiene un tul rojo brillante que se derrama de los jirones de cortinas grises con pequeños corazones. Es asimétrico, poco convencional y rebelde. Es el comienzo de una nueva Alice.
Para los vestidos en los que Alicia cambia de tamaño, el equipo de vestuario tuvo que fabricar sus propios tejidos, debido a la dificultad de encontrar los mismos diseños a diferentes escalas.
Por ello, en este vestido, realizaron una composición a base de cintas negras bordadas sobre un visillo de gasa blanca a rayas, sobre ella han colocado corazones negros de manera aleatoria e individual.
Se realizaron dos vestidos a diferentes escalas. El primero -con las rayas más pequeñas y la falda más corta- es el vestido que luce Alicia durante su estancia en el castillo de la Reina Roja. El segundo, se hizo con las rayas más anchas y la falda hasta el suelo, que es el vestido que vemos unos segundos, cuando la Reina Blanca devuelve a Alicia a su tamaño normal.
El corpiño tiene la base en degradado de blanco a rojo, y la falda consta dos capas de crinolina de diferentes largos,cada una de las cuales consta de seis capas de tupidos volantes realizados en tul sobre baje de tejido: las tres capas superiores son rojas y las interiores son negras y debajo lleva un can-can de tejido negro.
Sobre todas estas capas, el vestido de Alicia lleva una capa del tejido a rayas blanco y negro, haciendo un recogido en la espalda como si fuera una versión deconstruida de un vestido polonesa.
El vestido polonesa surgió a finales del siglo XVII con la peculiaridad de que la sobrefalda era recogida en dos o más secciones de tela drapeada, formando especie de ‘conchas’ de tela. Poseía además, un mecanismo a base de cordones insertados en las costuras del cuerpo que posibilitaba que la dama pudiera levantar o dejar caer a su antojo la sobrefalda.
Como detalle, el cinturón consiste en un cordón grueso de cortina en material rojo con hilos de oro metálico entretejidos. El cinturón está trenzado y casi llega hasta los tobillos con una borla en el extremo.
Cuando hablamos de vestidos hechos con cortinas, es inevitable recordar a Escarlata O’Hara y vestido de terciopelo con cinturón de cordón.
Para el archiconocido personaje de el Sombrerero Loco, Tim Burton y Johnny Depp trabajaron muy duro en equipo, puesto que buscaban darle una profundidad y presencia mucho más intensa que en representaciones anteriores.
De hecho, en esta película, lo primero que nos llama la atención es la estética que nos muestra el director de este personaje, bastante distinta a lo que hemos acostumbrado a ver hasta este momento.
En un primer momento puede extrañarnos su apariencia, pero ésta, en realidad, tiene una sólida base histórica:
La expresión “Loco como un sombrerero”, es una frase que ya se utilizaba en el argot británico treinta años antes de que Caroll creara su país de las Maravillas, y es que desde mediados del siglo XVI hasta bien entrado el siglo XX, los sombrereros utilizaban el nitrato de mercurio para tratar el fieltro y las pieles con las que confeccionaban sus sombreros.
La continua exposición a esta tóxica sustancia, y la inhalación de sus vapores durante el proceso de secado del fieltro, provocó que muchos de estos artesanos se intoxicasen y acabaran enfermando de hidrargirismo, también llamado mercurialismo.
Esta enfermedad afectaba cutaneamente (a través de manchas en la piel), capilarmente (el pelo se quemaba y se volvía anaranjado y encrespado) y, especialmente, con alteraciones neurológicas, provocando temblores, sobreexcitación y espasmos. Por ello, la población de la época, desconocedora de esta enfermedad, consideraba que estos pobres intoxicados simplemente se habían vuelto locos.
Han sido muchos los aspectos que han condicionado a Burton y su equipo a la hora de decidir la apariencia del sombrerero. Sin embargo, si nos fijamos en los dientes, la base de inspiración de ese detalle fue nada menos que Vanessa Paradis, la, por entonces, esposa de Johnny Depp.
El sombrerero lleva una levita, de color marrón, realizada es un tejido de seda sobre el cual se han superpuesto varias capas adicionales, que son las que le aportan esa luminosidad a la prenda. Después de esto el traje fue quemado por varias zonas para envejecerlo y para darle esa textura tan interesante que tiene.
La chaqueta dispone de diez botones grandes: dos pares en las muñecas, dos en la espalda y cuatro en el frente, todos ellos diferentes, las costuras son vistas y los remates son muy rústicos, para aportar a la prenda un aire decadente.
El forro interior está hecho con seda brillante, en color malva, del mismo tono que las costuras vistas.
La camisa es rosa claro con encajes en los puños, los botones son de media bola y dispone de un cuello específico para llevar el lazo, con las puntas levantadas y con cuatro pespuntes decorativos.
El pañuelo está realizado con dos capas de seda satinada. Tiene un estampado de manchas rosas y amarillas sobre un fondo azul marino.
En función del estado de ánimo del sombrerero, el tejido pierde intensidad y la lazada sube o baja del mismo modo que las orejas de un animalillo.
La característica del vestuario del sombrerero es que tanto Burton como Atwood querían que se comportara en pantalla de la misma manera que esos anillos que según tu estado de ánimo cambian de color (aunque técnicamente el cambio en estos anillos se debe a la temperatura corporal).
Así que se realizaron dos conjuntos exactamente iguales pero en diferente color.
La segunda levita se realizó también en seda quemada por partes en tonos grises con forro beige y va acompañada de una camisa azul klein, con los botones a tono que podemos ver en el momento en que el personaje ha sido apresado por la malvada Reina Roja. Los volantes de los puños son en tono celeste.
Tim Burton y Johnny Depp
El chaleco está confeccionado a medida y las parte delantera se compone de diminutas piezas cuadradas de terciopelo que han sido cortadas y remendadas.
La espalda es de seda brillante y tiene un lazo para entallarlo en cintura. Tiene dos bolsillos que tienen la abertura cosida a contraste en tonos morados, como las costuras que rematan el chaleco en sí.
El pantalón es de largo ¾ y tiene corte acampanado.
En las partes externas de las perneras tiene unas piezas de encaje, que aportan textura al tejido de rayas.
El pantalón, por supuesto, no tiene cremallera: la parte delantera se cierra con botones y como último detalle, tienen un bordado simple de flores, el cual fue pensado como un entretenimiento del propio Sombrerero para matar el tiempo mientras espera el regreso de Alicia.
A lo largo de todo su vestuario, encontramos retazos de su creatividad en objetos como la bandolera de carretes de hilo, la ristra de cintas de colores que cuelgan de su bolsillo, los broches en su solapa, el pañuelo que cuelga del otro bolsillo, los dedales, el alfiletero, el estuche de cuero con su set de tijeras.. todo disponible por si de pronto le surge la ocasión de crear algo.
La pieza más icónica del personaje, – y casi podríamos decir que de la película- es su sombrero de copa, muy clásico de la época que abarca la película. Está realizado en cuero cortado a láser, para darle un aspecto envejecido que a su vez va montado sobre una base con reflejos metálicos y tiene unas costuras en zig-zag, grandes, hechas a mano en hilo dorado, para darle puntos de luz. Y también debemos mencionar uno de los detalles más llamativos del sombrero, que son los alfileres decorativos.
El pañuelo del sombrero es un retal de satén de seda victoriano que tenía Atwood desde hacía muchos años atrás, y tiene un delicado diseño de flores.
Este sombrero está destinado a venderse, por ello tiene una etiqueta en la cinta, la famosa tarjeta de 10/6, que indica que el valor de tan preciada prenda es de 10 chelines y 6 peniques.
La Reina Roja de Helena Bonham Carter es una combinación de varios personajes de los libros:
En la novela “Alicia a través del espejo”, la Reina Roja es una pieza de ajedrez que compite contra la Reina Blanca. Pero por otro lado tenemos a la famosa reina de corazones de “Alicia en el país de las maravillas”, que es un naipe con problemas de ira.
La principal diferencia de este personaje con las anteriores encarnaciones de la reina, es el tamaño cambiante de su cabeza, cómicamente grande, inspiración directa “la Duquesa”, un personaje del libro con una cabeza ridículamente grande.
Para crear este efecto, a parte del retoque digital, la actriz se sometía cada mañana a tres horas de maquillaje para transformarse en la malvada reina.
«(…) La puerta daba directamente a una gran cocina, que estaba completamente llena de humo. En el centro estaba la Duquesa, sentada sobre un taburete de tres patas y con un bebé en los brazos. La cocinera se inclinaba sobre el fogón y revolvía el interior de un enorme puchero que parecía estar lleno de sopa(…)»
Le colocaron una frente protésica que empujaba la línea del cabello hacia atrás y una enorme peluca rojo fuego que pesaba tres libras.
La responsable de su estética es la maquilladora Vallie O’Reilly, quien matizaba la cara de actriz con polvos blancos, sombra azul en los ojos, cejas muy delineadas y unos labios pintados en forma de corazón.
La imagen de la reina roja está directamente inspirada en la actriz Bette Davis como la reina Isabel I en “The Virgin Queen”
Su desproporcionada cabeza fue también un verdadero desafío a la hora de la producción del vestido, ya que, aunque la cabeza cambiara de tamaño, el cuerpo permanecía sin alteraciones, por eso se hicieron muchas pruebas con el vestido para probar las proporciones del mismo con la escala de la cabeza.
Con inspiración de los vestidos isabelinos del siglo XVII la idea original del cuello era una gorguera pero fue descartada para que no diera la imagen de una cabeza grande pegada a un cuerpo pequeño, así que crearon un cuello tipo golilla,en organza de seda, exagerada pero no demasiado para adaptarse a la mejora digital de la cabeza.
El escote es en pico, muy marcado, para simular un cuello más estrecho.
El lamé es un término francés que significa “laminado”, y se trata de un tejido con cintas delgadas de fibra metálica, dando al tejido una apariencia metalizada y áspera.
La falda de la reina roja parte de la cintura con mucho volumen, y está compuesta por dos capas. El tejido exterior es un brocado dorado y burdeos y el interior es de tafetán rojo, y en la parte frontal se han confeccionado una serie de corazones con retales de lamé dorado y tafetán negro.
El cancán del vestido es estampado, en los mismos tonos que el vestido, rojo y negro y en algunas imágenes promocionales de la película, podemos observar las medias de este personaje, que son blancas con detalles de naipes en rojo y negro, así como los botines de inspiración victoriana, en piel dorada con detalles de encaje negro.
La golilla fue un tipo de alzacuellos que estuvo en boga en España durante el siglo XVII, cuando Felipe IV se cansó de la “lechuguilla” y decidió simplificarla.
Se trataba de un cuello sencillo elaborado en tafetán sobre una base de cartón, con un pequeño soporte metálico que rodeaba el cuello y la mantenía recta. Era redondeado en todo su diámetro menos por delante que formaba un ángulo y siempre iba cubierta por la valona, una tela sencilla y almidonado
Los botines de la Reina Roja tienen en la suela un corazón rojo que solo puede observarse en el momento en que ella apoya sus pies reales sobre el cerdito.
Hathaway, como la benevolente Reina Blanca, es un contraste del personaje de Bonham Carter. Más concretamente “la versión Beverly Hills de la reina roja” según la propia Colleen Atwood.
Para el vestuario, la diseñadora quiso que el vínculo entre hermanas se viera reflejado en sus vestidos, manteniendo la misma silueta de los trajes, así como las capas superpuestas de telas.
La Reina Blanca, porta un traje elegante y de aspecto etéreo y romántico. Es un vestido completamente blanco, inspirado en la corte de Luis XVI, con falda en capas de seda y tul brillante, hasta el suelo, y alforjas aportando volumen a la cadera, que contrasta con el ajustado corpiño de corte bajo.
Las alforjas consisten en un armazón interior de las mujeres que se usaba en los siglos XVII y XVIII para extender el ancho de las faldas hacia los laterales, dejando la parte delantera plana.
Su corpiño está decorado con volantes color crema y bordados, su escote presenta transparencias de encaje y está enmarcado por una tira de perlas, mientras que las mangas, como las de la reina roja, están formadas por una manga de corte farol y una bajo-manga larga transparente con pedrería.
Además, lleva en el contorno del cuello una gargantilla de encaje, perlas y piedras brillantes, dándole un aspecto aún más opulento.
El vestido de la Reina Blanca está cubierto por aplicaciones de pedrería que, junto con los copos de nieve serigrafiados en plata de la falda y el corte del escote nos evoca el vestido de Glinda, la bruja buena del mago de Oz.
Baliel y su equipo complementaron el esfuerzo de Atwood con una larga peluca de cabello humano, blanca como la nieve (una rareza en el mundo de las pelucas). Sin embargo, mantuvieron las cejas y los labios oscuros, creando un gran contraste porque querían que hasta la benévola Reina Blanca tuviera un toque burtoniano, que hace sospechar al espectador de sus buenas intenciones.
Este punto retorcido también tiene una base de inspiración directa en “Stepford´s wives” (“Las mujeres perfectas” en España)
«Las mujeres perfectas» es una novela de 1972, escrita por Ira Levin, ( Autor de “la semilla del diablo”) que posteriormente se adaptó al cine con Nicole Kidman como protagonista.
Para enfatizar aún más esa imagen desconcertante, Burton nos presenta en la película una escena en la que La Reina Blanca cocina una poción para volver a Alicia a su tamaño natural y aunque pueda parecerlo, esta escena no es algo casual, sino algo intencionado por parte del director.
Y es que Tim Burton es muy fan de la famosa cocinera británica, Nigella Lawson – que aquí en España la hemos podido ver en el canal cocina– y su inquietante mirada, que parece que siempre está tramando algo.
Por ello, quiso que el personaje de Hathaway tuviera esa afición culinaria y que, al finalizar la poción utilizara la famosa frase de Nigella: “That should do it!” (“¡Eso debería bastar!”)
El crecimiento de Colleen Atwood como diseñadora se muestra en cada uno de sus trabajos. Son muchos mundos y muchos personajes los que ha tenido que crear a través de sus trajes, y su experiencia le ayuda a no estancarse. Definitivamente Alicia en el País de las Maravillas es un claro ejemplo de ello, en la que el vestuario es uno de los elementos que más destaca del filme, ayudando a la narración y fortaleciendo la historia.